martes, 9 de septiembre de 2008

Violeta... tampoco es un color



Vergonzoso. Antes de nada, voy a protegerme y excusarme diciendo que no veo la Noria ni la vi este sabado, pero más o menos me he enterado de lo que ocurrió con videos como éste -no tiene desperdicio, pero pone de muy mala leche, advierto-, algunos de Sé Lo Que Hicisteis y lo que me han contado. Pero vaya tela.

Sólo viendo estos cinco minutos, ya podemos ver la clase de persona que es Violeta. Para quien no lo sepa, la susodicha es la novia de Antonio Puerta, supuesto agresor de Jesús Neira, que se llevó la paliza por intentar defender a Violeta de su novio. Un círculo un tanto extraño en el que la señorita ahora va por los platós forrándose, mientras su salvador aquel día se debate entre la vida y la muerte. Además de decir en Interviu que "Jesús no es ningún héroe" y que su novio no la agredía. Intentar hablar sobre la catadura moral de la mujer es perder el tiempo. Y sólo pensarlo cabrea.

Y pensar que esto pueda crear un precedente, más. Porque Jesús Neira se metió en una discusión de la que podía haber pasado completamente, pero decidió actuar. Y ahora, ojalá el único problema que tuviese es que no se lo agradecen. Y si cualquiera de nosotros ve un día una agresión como esa, ¿cómo actuamos? Nos 'metemos donde no nos llaman', jugándonos la vida, para que luego encima nos dejen como mentirosos diciendo que "tenía vértigo".

No quería, pero al final me he extendido con esa... con ella. En realidad, me apetecía hablar de La Noria. A la persona que se le ocurrió que ella fuera la invitada no sé que se le pasará por la cabeza después de ver como ella defiende a su novio con argumentos como "¡pero si no le pega por la espalda!". Grave es, en mi opinión, que ella haya pensado en aprovechar sus 15 minutos de fama para llenarse el bolsillo -dicen que con 70.000 de los modernos euros-, más grave es que a alguien se le haya ocurrido antes hacer negocio con ella dando voces -y prefiero no entrar en lo que podría haber pasado si le hacen un análisis allí mismo... y hasta aquí puedo leer- y los tertulianos de enfrente dando las mismas, a veces más y otras menos. Ay, la tele, nunca deja de sorprenderme...

1 comentario:

Vicente dijo...

Sí, lo de esta tiparraca es el cénit de la desvergüenza. Lo peor es que haya una cadena de tv que la pague por ello y una audiencia que siga más empeñada en buscar el morbo que en reeducarse a través de la pantalla (que falta hace).
Un saludo Chechu, veo mucho criterio en tus post, llegarás lejos...